Apuntes sobre «Geografía del Vino. Un estudio del Valle de Uco»
Desde hace tiempo la gente me consulta sobre cómo se gestó el libro que publiqué en 2019 y si existirá a futuro algún otro que abarque más regiones vitivinícolas. En este texto les compartiré la historia completa, desde la semilla inicial hasta una explicación sobre la distribución del contenido del libro.

El inicio
Fui siempre una personas de múltiples proyectos. Uno de los más notorios era un blog que se llamaba «Animal de Ruta» (2010-2014), que lo desarrollaba junto a dos amigos astrónomos. Allí escribí la primera publicación relacionada al vino, titulada «las nuevas zonas vitivinícolas argentinas«, germen inicial de lo que estaba por venir. Eso fue un mes antes de volver a vivir en Mendoza. Una vez mudado y en asados con amigos enólogos y agrónomos me consultaban sobre suelos y me aseveraban que ahora estaba de moda estudiar los suelos y que «parece que es importante conocer donde se planta». Eso me llevó a acompañarlos a diferentes fincas y así comenzar a descubrir los rincones del valle de Uco y la primera zona. El boca a boca fue clave en todo este proceso; todas las semanas recibía invitaciones a nuevas fincas y así empecé a meterme en las calicatas a aprender de los suelos de los diferentes lugares.
En 2017 surgió la idea de escribir un libro que recopilara los estudios realizados. Me junté en un café con Gabriel Dvoskin (Canopus Wines) y Juan Pablo Calandria (Piedra Líquida) y les mostré todo lo que tenía. Me comentaron que no había nada así de técnico y profundo y que si se convertía en libro, iba a ser de gran ayuda. Escribí un primer borrador de todo Mendoza y proyecté un libro de más de 500 páginas si incluía los mapas. Era inviable. Decidí cortar por lo sano y hacer una primera edición que abarcara la región más famosa y reputada de Mendoza, el valle de Uco. El resto del 2017 y 2018 me focalicé en profundizar los estudios a medida que avanzaba en el libro. En ello aparece un «angel»; Santiago Achaval, quien me ofrece su ayuda económica y también contactos para que el libro viera la luz, cosa que estoy profundamente agradecido.
Para fines del 2018 el libro ya estaba escribo, no tenía editorial pero sí muchas ofertas de publicidad. Para alguien que es nuevo en ese tema como yo, no lo veía viable. El libro no se escribió para beneficiar a nadie en particular sino a la comunidad. Lo que pensaba es que no quería «manchar» el libro con actores tendenciosos. Decidí correr el riesgo por mi cuenta y poner toda la plata de mi bolsillo, pero antes tenía que saber si el contenido tenía enganche, si iba a gustar. Allí me decidí por abrir la cuenta «Geografía del Vino» en Instagram (corría septiembre de 2018) para testear el contenido. Si se fijan, las primeras publicaciones son pasajes del libro con algún mapa. La buena recepción del contenido me dio el coraje para hacer una impresión. Allí aparece otra persona muy importante, Sebastián Zuccardi, quien me abre las puertas de la editorial Catapulta. El trato fue que ellos hacían la edición pero no la comercialización porque lo veían como algo muy de nicho. Acepté gustoso. Durante la primera mitad del 2019 tuve reuniones a diario con la editora, una persona de muchísima experiencia relacionada a publicaciones científicas. Más que reuniones fueron batallas; ella me recriminaba que el lenguaje era demasiado técnico, que debía ser un libro, no un paper. Es así como buscamos un centro, un punto en común donde ninguno de los dos quedaba demasiado satisfecho. Finalmente se realizó una primer tirada de 1000 ejemplares en agosto de 2019.
El contenido
El contenido del libro es bastante simple. O no tanto. Depende de el conocimiento previo de la persona que lo lea. En el primer capítulo se hace una introducción a las características geográficas, geomorfológicas y climáticas del valle de Uco. Se parte de la ubicación de los viñedos y su distribución en alturas, para luego ir profundizando en los mapas morfométricos. La tarea se dice fácil pero tomó muchísimo tiempo, particularmente el lograr cartografiar a detalle cuartel cada una de las casi 30000 hectáreas que existen plantadas. Tomó eso sólo 3 años, con más de 100 viajes al valle de Uco para confirmar (o no) si tal viñedo marcado existía. Con todo ello se presenta el primer mapa que conecta viñedos con geología dentro del valle de Uco.

Esto brindó muchísima información para un posterior análisis, como que el 88% de los viñedos se encuentran sobre los pies de los abanicos, en sectores de alta pendiente o transicionales a las planicies los que le permiten tener suelos con más limos y arcillas y así hacer un riego más eficiente.
Algo no menos importante son los mapas de índices bioclimáticos realizados. me puse en contacto con cada productor que tuviera estación meteorológica y le pedí los datos de la vendimia 2018. Pude obtener un total de 33 estaciones excelentemente distribuidas, mucho más que las 6 oficiales de la zona. Con ello construí mapas de temperatura máxima, mínima, amplitud térmica, precipitaciones e integral de Winkler Amerie. Con ello podíamos extrapolar las condiciones climáticas y geológicas de CADA VIÑEDO. Parece poco pero no lo es. Repito, antes no había nada de eso al nivel de detalle que lo presentaba.

Los capítulos 2, 3 y 4 muestran las características individuales de cada geoforma de los sectores norte, centro y sur. Esa división se estableció basados en caracteres geográficos pero también geomorfológicos, como son los límites entre abanicos aluviales.

En cada una de las 43 geoformas delineadas se realizaron mapas detallados de pendientes, orientaciones, superficie de viñedos, productores, accesibilidad, temperaturas, precipitaciones, y fueron acompañadas por fotografías en superficie y también de calicatas mostrando los perfiles más comunes. Acá van algunos ejemplos para que sepan de qué va la mano.





El libro continua con un Anexo («Abanicos Aluviales: Nociones básicas») el cual condensa en apenas nueve páginas el ABC de estos sistemas depositacionales que son los que gobiernan el oeste árido de la república Argentina y donde se ha desarrollado masivamente la vitivinicultura. Para el lector que no entiende absolutamente nada de geología, recomiendo empezar por allí la lectura del libro. Y como esa sección en particular es bien árida pero también a lo largo del libro se pueden llegar a encontrar con palabras técnicas cuyo significado desconozcan, las últimas páginas del libro están dedicadas a un capítulo final en forma de Glosario para rematar con la Bibliografía consultada.
Presentación, recepción y el camino a la reedición
Cómo les mencioné al principio, el libro tuvo una primera edición de 1000 ejemplares. Previo a eso, la editorial me dijo que sólo se iba a encargar de la edición pero no de la comercialización, porque veían que era un libro demasiado de nicho y que no iba a tener un volumen de ventas que a ellos les significara cosa. Fue la mejor decisión que alguien tomó por mí en mi vida. Si, corrí con TODO el riesgo económico y la incertidumbre si el libro se iba a vender. No sabía de comercialización, de cuanto podía valer, no sabía nada de nada. A eso hay que sumarle que el libro no tuvo una presentación oficial, sólo mostré el trabajo a colegas en una charla organizada por la gente de la Asociación Argentina de Sommeliers, a pedido del amigo Matías Prezioso, en el mes de julio. Para cuando me llegaron los ejemplares, la única comunicación que existió fue una publicación en IG. El libro lo vendía yo en mi casa y el gran Musu en su cueva en Buenos Aires. Remarcar que Musu lo hizo desinteresadamente y sin cobrar un cobre por esta ayuda. Lo bueno es que el libro se agotó en 12 horas.
El feedback fue increíble, yo hice un libro pensado para agrónomos y los que más lo compraron eran los sommeliers y amantes del vino. Mayúscula sorpresa la mía. Me volví tan loco despachando libros a todo el país que me juré nunca más vender un libro en mi vida. Durante el año siguiente no paraba de tener consultas a diario por el libro, lo que me llevó a hacer una segunda edición. Como cierre, fue un hermoso proyecto que empezó como un acto de arrebato e inconciencia y terminó por ser algo que muchos me dicen que es de suma utilidad. Ahora es tiempo de desarrollar más proyectos. ¿Dudas? ¿Consultas? Nos leemos en los comentarios.