
Muchos de los atardeceres más lindos se producen cuando hay viento Zonda en altura y los últimos rayos del sol tremendamente dispersados (de ahí su color anaranjado) dan contra las altísimas nubes. El dato más interesante de la foto es la proyección de las sombras de los seismiles de la cordillera Principal (Aconcagua, Plomo) contra las nubes, proporcionando al observador una visión indirecta de ellos.
Este tipo de atardeceres son mucho más comunes en zonas donde no «interfiere» la Precordillera, tales como el Valle de Uco, San Rafael, Uspallata, o Barreal. Éste último, y a puro criterio (subjetivo) del autor, es el tiene los atardeceres más fotogénicos.
¿Qué tiene esto que ver con el vino? Poco y nada. Pero el paisaje es una parte constitutiva de la industria.