Una angosta franja de los viñedos del distrito de Perdriel se han plantado sobre las terrazas fluviales del río Mendoza. En general, poseen perfiles marcadamente pedregosos, con una escasa matriz arenosa que es cubierto por una cubierta fluvio-eólica de espesor variable pero que en general no supera el metro. A ello se le debe sumar las condiciones naturalmente más fría del área debido a su altura (Winkler III), ya que se ubica en el sector medio del abanico del río Mendoza (depósitos asignados al Tercer Ciclo de Agradación Pleistoceno*). Todo ello confluye para que la zona produzca vinos de la más alta calidad.
En la foto, se aprecia un centenario viñedo de Perdriel con vista norte, donde al fondo queda retratada la barranca norte del Río Mendoza.
*Rodríguez y Barton, 1993.