
La idea de esta primerísima entrega de esta región ubicada en el noroeste chubutense es no llenarlos de datos técnicos y sí que tengan una idea general del lugar.
A muy grandes trazos, es un valle que desagua hacía el océano Pacífico, tiene muy poca altura comparado con cualquier otro valle y eso le permite albergar una muy joven vitivinicultura. Los primeros viñedos datan de 2013. En la actualidad hay tres proyectos productivos, y otros tres más a punto de serlos. Es sin dudas la región más extrema del país desde lo climático, con temperaturas muy bajas y muchos días de defensa contra heladas. Aquí se está en el límite de lo posible.
El valle es grande y tienen muchísimos contrastes, y resulta muy interesante el cómo cada productor lo interpreta con sus vinos. Es sin dudas, un lugar que merece la pena visitarlo.