
Argentina como país posee la inmensa mayoría de sus viñedos recostados contra la cordillera de los Andes, pero de a poco se comienza a «colonizar» otras regiones. Una de las que posee las características más particulares es la costa de Buenos Aires, entre Mar del Plata y Bahía Blanca. Una angosta franja que va desde la costa hasta unos 10 a 30km tierra adentro se encuentra sometida al clima Templado Océanico (Cfb en la clasificación Köppen).
Este tipo de climas es muy poco abundante en el mundo y se produce en particular en esta zona por la misma orientación de la costa. No existe la estación seca, acumulaciones por encima de los 1000mm, baja amplitud térmica y abundante nubosidad. Otras zonas con este clima son Nueva Zelanda, Tasmania, norte Europa desde Galicia a Dinamarca y la costa noreste de EEUU entre otros.
¿Este clima significa mejores vinos? No necesariamente, pero queremos poner en referencia una zona muy poco visibilizada y que por sus condiciones climáticas, aporta un perfil muy diferente al que se viene desarrollando en el país. Tenemos una geografía tan extensa que se pueden hacer vinos desde el extremo desierto hasta el mar o las grandes alturas e inclusive las yungas.
¿Toda la costa es igual? No, existen variaciones de suelos a lo largo de tantos kilómetros. Los suelos en general son super fértiles y hay áreas que nos produjeron un inmenso interés porque conjuga suelo y clima. Hay viticultores que están haciendo las cosas muy bien y tenemos la sensación de que Buenos Aires se pondrá muy adelante en el panorama vitivinícola nacional.
Fotografía. Viñedo La Mostaza, Sierras Oceánicas