La inmensa mayoría del área cultivada del país se desarrolla en suelos aluviales, pero esto no significa que todos los suelos de origen aluvial sean iguales. Al contrario, debido a que se desarrollan en los sectores cercanos a los frentes montañosos, los sistemas son de alta energía y por ende, muy heterogéneos. Debido a ello se torna imprescindible el estudio minucioso de los diferentes arreglos granulométricos (perfiles de suelos) que existen en una finca o cuadro en particular.
A modo de ejemplo, en la foto aparecen los perfiles de dos suelos aluviales que se distancian en apenas un centenar de metros. Sin embargo se aprecia a simple vista los diferentes arreglos granulométricos de ambos perfiles. El de la izquierda está compuesto de un primer nivel aluvial clasto-sostén, con desarrollo de carbonatos de calcio y una cubierto superior fluvial actual. El de la derecha está compuesto de un primer nivel también aluvial, pero matrix-sostén, con clastos pequeños indicando una depositación en forma de flujo de detritos mientras que la porción superior es también aluvial pero con el sistema ganando energía debido a los clastos de mayor dimensión.
A cada tipo de perfil le corresponde un manejo agronómico diferenciado, y es en ese tipo de detalles donde se logra el diferencial de calidad.