
¿Qué tiene que ver una con la otra? Bastante. Los abanicos aluviales donde se cultivan las vides en muchos lugares del país tiene una pendiente promedio. Un señor (Blissenbach, 1954) se dió cuenta que esa pendiente depende del área de aporte (cuenca de captación). En criollo, mientras más grande es la cuenca, mayor distancia de transporte de los clastos, se rompen más, y cuando se depositan, lo van a hacer en un menor ángulo, y por ende una menor pendiente.
Si tienen menos pendiente, vamos a tener menor diferencia topográfica entre la parte más alta y la más baja, y por ende menor diferencia de temperaturas.
Vamos a dos ejemplos claros dentro del Valle de Uco. El abanico del río Tunuyán, cuya cuenca es la mayor de los ríos del valle, tiene la menor pendiente. Esto hace que en zonas tan distintas como La Consulta y la parte más alta de Altamira haya apenas 180 metros de desnivel. O que entre la parte más alta y más baja de El Cepillo haya apenas 100 metros de diferencia. Por otro lado, en Los Chacayes la cuenca de aporte es mucho menor, generando una serie de abanico muy empinados y donde alcanzamos a tener 3 regiones Winkler desplazándonos apenas 15 km.
Este es un ejemplo de cómo la geología se emparenta con la temperatura en los pedemontes de muchas de las regiones del país, de la riqueza de lugares que poseemos y de la diversidad de terruños que todavía nos queda por descubrir.
Será hasta la próxima.