
«En 1631 el capitán Pedro Escobar recibió en Merced Real, las tierras comprendidas entre los parajes llamados por los indios Equipostué y Hualtallarí, en dirección al río Allal Al Potú, en la cual fundó una estancia, la que, con fecha 12 de marzo de 1632 donó a los jesuitas y éstos la bautizaron con el nombre de San Francisco de la Carrera.»
(«Toponimia, tradiciones y leyendas mendocinas», de Isidoro Masa).

Además de ser uno de los lugares de mayor belleza de Mendoza, debido a su extrema altitud es una de las últimas fronteras vitivinícolas en ser conquistada. Para quién quiera leer más acerca de las características particulares y los proyectos en desarrollo, le recomendamos ir a la sección «La Carrera» de la Guía del Perfil. En el mientras los dejamos con algunos de sus increíbles paisajes.